Hacia el año 1982 Dosivac se instalaba
en un local alquilado, con tan sólo las principales maquinarias como un torno,
un compresor, una máquina de agujerear y un banco de armado, que permitían
ofrecer un producto de alta calidad. Se delineaban los comienzos de
una empresa que anhelaba destacarse en la fabricación de bombas de dosificación
y vacío; buscando la mejora continua desde los primeros pasos, bajo la consigna
de “Excelencia técnica y comercial”.
A 30 años de esos primeros pasos
llenos de deseos y esperanzas, y luego de la certificación de la norma ISO
9001, Dosivac sigue proyectando un futuro donde la excelencia ya no es un
objetivo sino una necesidad para continuar con su trabajo.
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